Estos actos de violencia no tienen vinculación con 
							clases sociales, se dan tanto en sectores humildes 
							como centro urbanos de distintas clases sociales, 
							sin embargo, resulta innegable que la falta de las 
							necesidades básicas como también la falta de 
							expectativas que provocan situaciones de violencia.
							
							Dentro de las distintas fases evolutivas que van de 
							la niñez a la adolescencia, la mayor conflictividad 
							la encontramos dentro de estas etapas, ya que se 
							acentúan los gustos personales y la interacción con 
							sus pares.  Hay tendencia a experimentar situaciones 
							de riesgo, que en muchas oportunidades llevan a 
							provocar situaciones que terminan en peleas con sus 
							pares.
							
							Estos actos violentos, como se menciona  en el 
							párrafo anterior, también encontramos violencia en 
							diversos ámbitos y edades, que los podemos atribuir 
							a diversos motivos: adicciones, haber sufrido 
							actitudes violentas en el ámbito familiar desde la 
							niñez, falta de acompañamiento familiar, etc. etc.
							
							Generalmente, no se toma conciencia que dichos actos 
							agresivos y violentos, pueden terminar con la vida 
							del otro, lo que luego produce un arrepentimiento, 
							pero ya resulta tarde, ya que según el lugar donde 
							se produzcan los hechos pueden ser causados por 
							temas externos a la situación que provocó el hecho, 
							tales como accidentes de tránsito, caídas, golpes o 
							en algunos casos por disparos de armas de fuego, por 
							objetos cortantes, etc. que pueden llevar a 
							situaciones que pueden resultar irreversibles.
							
							En general, cuando ocurren hechos de violencia, se 
							busca un chivo expiatorio, y ese chivo expiatorio, 
							recae en la escuela, (porque a alguien hay que 
							echarle la culpa), es decir que no se tiene en 
							cuenta que tales hechos se gestan en la mayoría de 
							los casos en ámbitos que nada tienen que ver con la 
							escuela, hablamos aquí de boliches, noviazgos, 
							ámbito familiar, distintos grupos, peleas entre 
							vecinos,  barrios,  etc, y que al ser la escuela el 
							ámbito donde se reúnen es donde continúan las 
							provocaciones, muchas veces por causas que ni 
							siquiera saben por qué: me miró mal, dijo tal o cual 
							cosa con otro/a compañero/a, en el barrio sucedió 
							tal o cual cosa, etc.
							
							Desde la Escuela se brindan distintas alternativas 
							de prevención, se organizan talleres, afiches, 
							charlas, a las cuales son invitados los padres, que 
							en la mayoría de los casos no asisten por diversos 
							motivos: por trabajo, por cuidado de familiares, y 
							son diversos los motivos que se esgrimen.
							
							Sin tenemos un porcentaje de padres que asisten a 
							las reuniones, podemos decir que van desde un 40% en 
							los primeros años, finalizando en un 5% en los años 
							superiores, lo que promedia un 25% de padres que 
							asisten cuando se los convoca.  Podríamos agregar en 
							este párrafo que, en lo que va del transcurso del 
							año, solamente un 65% de padres, retiró el boletín 
							del primer trimestre.
							
							Otro hecho llamativo en lo referido a violencia 
							escolar, es que los hechos se producen en mayor 
							proporción en mujeres que en varones, podríamos 
							decir que en valores porcentuales, corresponden  un 
							65% en mujeres, y un 35% o menos en varones, aunque 
							podemos agregar que  si consideramos que quienes 
							alientan a que se produzcan hechos de violencia, es 
							en ambos casos es parejo.  Con solo saber que dos 
							alumnos se van a pelear, la noticia corre 
							rápidamente, sea boca a boca, por celulares, etc., y 
							que de inmediato todos están pendientes del lugar 
							donde va a producirse el hecho.  En este sentido 
							existe complicidad para que la noticia  no llegue a 
							las autoridades de la escuela ni tampoco a los 
							padres.
							
							Las causas de la violencia entre niños, adolescentes 
							y jóvenes, son en su mayoría prevenibles desde su 
							enfoque biopsicosocial:
 
						
							
							-        
							Organizando talleres de prevención de 
							violencia.
							
							-        
							Lectura, análisis y debates sobre distintos 
							hechos que los provocan.
							
							-        
							Control desde la familia.
							
							-        
							Control de factores de riesgo (adicciones, 
							grupos, salidas, etc)
							
							-        
							Respeto por la diversidad.
							
							-        
							Proyectos de prevención en la escuela, con el 
							apoyo y presencia de los padres.
							
							-        
							Planes de prevención de la violencia, 
							dirigidos tanto a los adolescentes como a los 
							adultos.
							
							-        
							Los adolescentes están estrechamente 
							relacionados entre sí y dependen del modelo y sostén 
							que pueda brindarles la sociedad.
							
							-        
							Necesitan ser entendidos y atendidos por los 
							adultos, sea la familia, la escuela, la sociedad en 
							su conjunto, etc.
							
							-        
							El acompañamiento familiar es el factor 
							indispensable; si existe violencia en la familia, el 
							adolescente ahí tiene su primer espejo, si existe en 
							sus alrededores, en los medios de comunicación, en 
							las salidas diarias o fines de semana, son posibles 
							caldos de cultivo que el adolescente tiende a 
							imitar.
							
							-        
							Importancia del cuidado del propio cuerpo del 
							otro.